El
misterio del bigfoot siempre dará que hablar. Es uno de esos enigmas por el que
no pasan los años. Algo incombustible. Me atrevería a decir, incluso, que
infinito. Porque cuando parece que ya no hay nuevos testimonios sobre su
aparición, aparecen investigadores de campo que, como por arte de magia,
reabren sus cuadernos de campo para narrarnos algunas historias que, hasta el
momento, han permanecido ocultas.
Rich
Graumley, miembro de la California Bigfoot Organization, relata un
extraordinario hecho acaecido en la década de los 70. En esas fechas, narra el
señor Graumley, un hombre, el cual, prefiere ocultar su identidad, fue testigo
de algo insólito. Este hombre circulaba con su pequeña camioneta cuando, de
pronto, unos policías le detuvieron. Le confiscaron el arma y le interrogaron
para saber qué hacía en aquella zona.
Tras
el interrogatorio, el testigo pudo saber por boca de otros que las autoridades
estaban en alerta porque un bigfoot había terminado con la vida de varias
personas en un campamento cercano. Cierto es que no sabían si era un oso o no a
pesar de que las declaraciones de algunos testigos no coincidían con la de un
oso.
En
principio todo quedó en eso. En un relato más. Sin embargo, años más tarde,
nuestro protagonista comentó esta historia con un compañero, el cual, le
aseguró que las fuerzas del orden, en aquellas fechas habían recibido órdenes
estrictas de no alarmar a la población por la presencia de un ser que se
escapaba a su conocimiento.
Una
historia fascinante que, como muchos segur que sabéis, se repite desde hace
muchos años. El problema, cómo no, la falta de pruebas irrefutables. Por ello,
por esta falta de evidencias, el bigfoot estará, al menos de momento, entre el
mito y la realidad.
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