Cuando a las personas de a pie, que no tienen por que
estar al corrientes de las teorías alternativas que en este tipo de medios se
manejan, les comentas que existen proyecto destinados a controlar sus vidas,
sus caras de estupefacción son una constante. Eso en el mejor de los casos. Y
es que tampoco sería extraño escuchar chanzas sobre lo que les estás contando.
Sin embargo, por
suerte para nosotros, disponemos de todos los datos para comenzar a hacernos
una idea qué es lo que están preparando los gobiernos de medio mundo para saber
dónde vamos, qué hacemos y, lo que resulta aun más espeluznante, qué podríamos
hacer en un futuro no muy lejano. Estamos hablando de dos proyectos muy
concretos: Trap Wire e INDECT.
El proyecto Trap
Wire es un sistema del que hemos sabido más cosas gracias al grupo de activistas
informáticos Anonymous y a los correos filtrados de la agencia privada de
inteligencia Stratford. Este sistema, según su propio portal web, detecta
patrones indicativos de ataques terroristas u operaciones delictivas. Para
lograr esto, un conjunto de cámaras estratégicamente dispuestas recogen
infinidad de imágenes de los viandantes que, tranquilamente y sin
conocimientos, ejercen su legítimo derecho de ir libremente por la ciudad.
Estas imágenes, una vez recogidas, son encriptadas y analizadas por un
software, el cual, determinará si alguna de esas personas, en un futuro,
ejercerá una acción delictiva. Y este es el principal problema. Que todos
nosotros, sin excepción, pasaremos de vulgares ciudadanos a potenciales
delincuentes. Algo gravísimo, por no decir otra cosa y que vulnera nuestros
derechos fundamentales.
El otro proyecto en
cuestión es INDECT. Se trata de un proyecto, creado por la Unión Europea, que
comenzó a ser una realidad en el año 2009 y que pretende culminarse en el año
2013. Resulta ser análogo en cierta medida a Trap Wire con una salvedad muy
importante. Y es que si ambas herramientas recopilarán ingente información de
los ciudadanos a través de las cámaras de seguridad, INDECT, también recogerá
datos de las diferentes redes sociales, como facebook y twitter, así como de
multitud de foros en aras de conocer perfectamente a la población. Y todo ello
para, a través de unos cálculos teóricos, predecir, o al menos intentarlo,
comportamientos que ellos consideren anómalos.
Como hemos podido
comprobar el gran hermano es una realidad. Los movimientos de todos nosotros
estarán registrados. No podremos movernos sin que los grupos de poder lo sepan.
Así que cuidado porque, aunque únicamente estemos echándonos mano al bolsillo
para sacar una moneda, cualquier movimiento puede ser considerado anómalo.
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