Hay
que reconocer que hoy en día, en pleno siglo XXI, las personas que desean tener
una vida saludable, intentan, en la medida de lo posible mantener sus niveles
de colesterol bajos. Y es que, en la actualidad, todos pensamos que mantener el
colesterol bajo nos prevendrá, entre otras cosas, de problemas
cardiovasculares. Pero, ¿hasta qué punto todo esto es cierto?
Digo
esto porque en estos días he podido ver en varios foros y portales web cómo el
debate del colesterol se ha vuelto a avivar. Y eso que existe información al
respecto, en ambos sentidos, desde hace varios años.
Los
hay que creen a pies juntillas que el colesterol es la principal causa de las
patologías cardiovasculares. Que el colesterol, al adherirse a las paredes de
nuestras arterias puede producir serias complicaciones en el funcionamiento de
nuestro corazón. Sin embargo, como digo, desde hace varios años, existe una
corriente que tira todo esto por tierra argumentando que, no solo el colesterol
no tiene nada que ver con las enfermedades cardiovasculares sino que, además,
la causa de este tipo de patologías es
otra: la inflamación de las arterias.
Pero
es que además de todo esto, los que aseguran que el colesterol es un negocio
para las farmacéuticas, afirman que una simple dieta libre, o casi, de dulces
refinados y de hidratos de carbono bastaría. De este modo se quiere eliminar la
ingesta de estatinas. Que no es más que el medicamente que se utiliza para tal
efecto. Y es que, según siempre la versión de los que creen en este posible
engaño, dichas estatinas podrían ser las causantes de otras enfermedades mucho
más graves. No en vano uno de los defensores a ultranza de esta conspiración es
el prestigioso cirujano cardiovascular Dwight Lundell.
Los
datos están ahí. A favor y en contra de un asunto que afecta a muchos millones
de personas en el mundo. ¿Realidad o conspiración? ¿Pretende la industria
farmacéutica mentirnos sobre un tema tan delicado?
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