Si hace unas semanas hablábamos en El
Transbordador del CPD, de aquel organismo que amaña los debates políticos en
Estados Unidos, hoy, no nos movemos del continente americano. Y es que, tras
las elecciones ganadas por Barack Obama, se ha revelado cuál pudo ser el arma
que le ayudo a esta gran victoria: La Cueva.
Este nombre es el que se le dio a la
reclusión que llevó a cabo el equipo de Obama durante las elecciones, y varios
meses antes, en el ala norte del cuartel general, en Chicago. Una reclusión que
estaba dirigida por el científico Rayid Ghani, una persona importantísima en la
victoria del partido demócrata.
Simplificando mucho, hay que decir que estos hombres y mujeres estuvieron durante 18 meses analizando las tendencias de los votantes potencialmente indecisos de las zonas en las que el empate técnico entre los candidatos era una realidad. De ese modo, antes de la campaña electoral pudieron recoger datos como los gustos, la manera de actuar ante un evento concreto, su estado civil, sus círculos de amistades, y un sinfín de datos importantísimos para orientar la campaña a esas personas, las cuales, eran las que iban a inclinar la balanza de un lado u otro.
Una maquinaria perfectamente engrasada que no
solo hizo que los estados clave como Ohio, Virginia, New Hampshire, Indiana,
Colorado, Florida o Iowa se decantaran por Obama sino que, además, y a través
de una campaña paralela realizada a partir de los resultados de estos estudios,
hizo que se recaudaran la nada despreciable cifra de mil millones de dólares de
donaciones espontáneas.
Y para ilustrar todo este mecanismo pondremos
un ejemplo. Se descubrió que para lograr la mayor parte de los votos en el
estado de Florida era necesario movilizar a las mujeres menores de 35 años, las
cuales, se supo que eran fans de las principales series de televisión. Por ello
no se dudó en insertar anuncios en series tan conocidas como Sons of anarchy o
The walking dead. Lo dicho, las nuevas armas electorales.
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