Cuando
hablamos de misterios clásicos, de esos de toda la vida, hay uno que no pueda
faltar en nuestras listas. Me refiero a la combustión humana espontánea. Un
proceso por el cual una persona o un animal comienza a arder sin que los
objetos que se encuentran a su alrededor sufran daño alguno. El problema es que
este enigma aun parece quedar lejos de una solución… o no.
Según
Brian J. Ford, y a raíz de un caso de combustión humana espontánea ocurrido en
Irlanda el año pasado en el que falleció Michael Faherty de 76 años, este
proceso puede deberse a la acumulación de acetona en nuestro organismo y la
acción del ciclo de Krebs cuando se produce energía en el interior de las
mitocondrias.
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