Hace
un año aproximadamente, una expedición, encabezada por Igor Birtsev, que fue a
la región siberiana de Kemevoro recogió diez muestras de cabellos que
supuestamente pertenecerían al Yeti. Para confirmar o desestimar esta hipótesis
Valentin Sapunov se dispuso a realizarles pruebas de ADN.
Los
resultados de estas, según el propio Sapunov, son muy claros: “se trata de un mamífero desconocido más
cercano al homo sapiens que al mono. Un mamífero que no es ni un oso ni un lobo
o algo parecido”. Sin embargo a estas declaraciones, excesivamente
optimistas, ya le han puesto freno varios colegas de profesión. Destacan las
afirmaciones de Igor Pugachev, el cual, asegura que su colega acudió a él
porque nadie del mundo de la ciencia quería hacerse cargo de este tipo de
investigaciones. Así las cosas, él mismo decidió ayudarle ofreciéndole a su
equipo para tales pruebas. El resultado, en este caso, también fue
meridianamente claro: de aquellos cabellos no se podía extraer ADN.
En
este punto, el señor Pugachev, desconoce cuáles pueden ser los motivos por los
que su colega ha mentido descaradamente. Según él puede ser debido a la
obsesión que siente por el misterio del Yeti. Un misterio que sigue vivo y que,
en palabras de Valentin Sapunov, “se tiene más pruebas de esta especie que de
otras pero la ciencia las sigue desoyendo”
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